LASDESTREZAS DEL CAOS Y EL ORDEN II:
EL TIEMPO, JUGANDO EN EL ESPEJO:
El tiempo junto con el espacio son los elementos que determinan la configuración de lasdestrezas como las percibimos y tomamos conciencia de ellas para experimentarlas.
La imagen de la caña de bambú para ejemplificar la trascendencia del tiempo en el espacio y su interacción con el nos permite percibir su importancia… el simple nudo o collar que se encuentra entre dos tramos de bambú y que se repite sucesivamente aparentemente en una secuencia uniforme y constante pero que al analizarlo detalladamente comprobamos que se trata de un caos organizado, pues la supuesta uniformidad tan solo es la cohesión de todos los elementos en conjunto formando la esencia que transmiten: una caña de bambú.
“El empuje del agua, que zarandea las rocas. Eso es el shih. El zarpazo del halcón, que mata a la serpiente. Ese es el nudo (el tiempo).” (Sun Tzu)
El poder en movimiento es como la naturaleza del agua, es blanda pero su masa desencadenada mueve rocas y es casi imparable, la intensidad de su poder no nace de ningún cambio en la naturaleza básica del agua sino que se produce por su cantidad y su rápido movimiento.
Nuestra imagen en el espejo no es una reproducción fiel de la realidad, incluso nosotros mismos apreciamos diferencias sutiles en nuestra imagen que aparentemente no sentimos cuando “no nos vemos desde fuera”, esas sensaciones, esa información es la configuración, la manera en la que algo nos presenta sus cualidades latentes, para manifestarlas de otra manera totalmente diferente, el juego del espejo es una “sombra de sensaciones” un estudio de cómo nuestro cuerpo transmite y pone de manifiesto la intención que pretendemos transmitir, como cada uno de nuestros nudos crean un momento específico que al enlazarse entre si configuran el tiempo, ese momento que se genera en el espacio, en el caos, creando un ritmo, liberando todo ese poder que se muestra en un instante y de una manera única que no puede repetirse esactamente, porque la simple intención ha modificado los elementos que conforman el caos y las consecuencias de esas transformaciones aunque sean sutiles hacen que una imagen en el espejo no sea un na copia esacta y fiel de la realidad.
El ritmo es el poder del shih manifestándose visiblemente: cuando el arquero lanza una flecha, toda la energía acumulada y almacenada potencialmente en el arco mientras preparamos esta acción se suelta de golpe. Eso es el shih en acción, nuestro ritmo. El poder acumulado que se concentra de forma perfecta. No se trata de que la flecha posea en si misma fuerza o que tome prestado el poder del arco. Este poder se manifiesta solamente cuando todos los elementos están presentes. Carece de una fuente de poder, tanto en su propia e interna configuración como fuera de ella. En el momento preciso (nudo) la flecha sale lanzada para golpear a un alejado enemigo.
Con el shih no es necesario alterar la naturaleza de las cosas, puede transformar a cualquiera en un elemento eficaz, existe momento a momento, es una constante que evoluciona en el tiempo, generando momentos que se repitaen como la imagen en el espejo. En el reconocimiento del caos percibimos la correcta configuración (el ritmo) y la liberación de esa energía potencial.
El poder en movimiento es como la naturaleza del agua, es blanda pero su masa desencadenada mueve rocas y es casi imparable, la intensidad de su poder no nace de ningún cambio en la naturaleza básica del agua sino que se produce por su cantidad y su rápido movimiento.
Nuestra imagen en el espejo no es una reproducción fiel de la realidad, incluso nosotros mismos apreciamos diferencias sutiles en nuestra imagen que aparentemente no sentimos cuando “no nos vemos desde fuera”, esas sensaciones, esa información es la configuración, la manera en la que algo nos presenta sus cualidades latentes, para manifestarlas de otra manera totalmente diferente, el juego del espejo es una “sombra de sensaciones” un estudio de cómo nuestro cuerpo transmite y pone de manifiesto la intención que pretendemos transmitir, como cada uno de nuestros nudos crean un momento específico que al enlazarse entre si configuran el tiempo, ese momento que se genera en el espacio, en el caos, creando un ritmo, liberando todo ese poder que se muestra en un instante y de una manera única que no puede repetirse esactamente, porque la simple intención ha modificado los elementos que conforman el caos y las consecuencias de esas transformaciones aunque sean sutiles hacen que una imagen en el espejo no sea un na copia esacta y fiel de la realidad.
El ritmo es el poder del shih manifestándose visiblemente: cuando el arquero lanza una flecha, toda la energía acumulada y almacenada potencialmente en el arco mientras preparamos esta acción se suelta de golpe. Eso es el shih en acción, nuestro ritmo. El poder acumulado que se concentra de forma perfecta. No se trata de que la flecha posea en si misma fuerza o que tome prestado el poder del arco. Este poder se manifiesta solamente cuando todos los elementos están presentes. Carece de una fuente de poder, tanto en su propia e interna configuración como fuera de ella. En el momento preciso (nudo) la flecha sale lanzada para golpear a un alejado enemigo.
Con el shih no es necesario alterar la naturaleza de las cosas, puede transformar a cualquiera en un elemento eficaz, existe momento a momento, es una constante que evoluciona en el tiempo, generando momentos que se repitaen como la imagen en el espejo. En el reconocimiento del caos percibimos la correcta configuración (el ritmo) y la liberación de esa energía potencial.
“Aquel que utiliza el shih (lasdestrezas), lleva a la gente a la batalla como si hiciera rodar árboles y rocas. Pues al igual que los árboles y las rocas:
Cuando están quietos, descansan.
Cuando se les agita, se mueven.
Cuando son cuadrados, se detienen.
Cuando son redondos, ruedan.
De modo que el shih del que es hábil en llevar a la gente a la batalla es como el que hace rodar rocas desde una montaña de mil jen (metros…) de alta.” (Sun Tzu)
Cuando están quietos, descansan.
Cuando se les agita, se mueven.
Cuando son cuadrados, se detienen.
Cuando son redondos, ruedan.
De modo que el shih del que es hábil en llevar a la gente a la batalla es como el que hace rodar rocas desde una montaña de mil jen (metros…) de alta.” (Sun Tzu)
No es necesario que empujemos las rocas ladera abajo, ni que tratemos de redondear las esquinas de las que son cuadradas. Utiliza las cuadradas para construir edificaciones y haz rodar las redondas para que se estrellen contra elenemigo. La configuración natural de las rocas hace que su poder nos sea accesible de forma natural.
